
Lamentablemente, esta problemática no se limita a un rubro en particular. También el sector citrícola de Concordia —uno de los pilares históricos de nuestra economía regional— se ha visto recientemente perjudicado por maniobras que vulneran y ponen en jaque la continuidad de emprendimientos productivos. Estas prácticas desleales y destructivas representan un golpe directo al tejido productivo de la ciudad. Son hechos que hieren a emprendedores, a trabajadores honestos y a familias que dependen del esfuerzo diario de quienes sostienen actividades comerciales e industriales en un contexto ya de por sí desafiante.
Es imprescindible que como comunidad reconozcamos la gravedad de estas situaciones y comprendamos que el daño no recae únicamente sobre las empresas perjudicadas, sino sobre toda Concordia, que pierde oportunidades, empleo y desarrollo cada vez que una firma se ve obligada a reducir, frenar o cerrar su actividad por hechos de esta naturaleza.
Reafirmamos la necesidad urgente de contar con reglas de juego claras, un marco legal equilibrado y mecanismos de control que protejan tanto a trabajadores como a empleadores. La economía local necesita previsibilidad y un entorno justo que promueva la inversión, el trabajo digno y la estabilidad de nuestros sectores productivos.
Desde la Asociación Citricultores de Concordia, hace unos años venimos trabajando en propuestas que fueron presentadas ante el Congreso Nacional, orientadas a promover cambios en la legislación que regula la actividad citrícola. Estas iniciativas buscan lograr una registración más eficaz de los trabajadores y evitar que queden expuestos a la desprotección que caracteriza a la informalidad.
Desde nuestra institución expresamos nuestra preocupación, nuestro acompañamiento a quienes han sido dañados y nuestro compromiso de seguir trabajando para defender la actividad productiva, la transparencia y el empleo formal en Concordia.